lunes, 10 de noviembre de 2008

LA PRENSA HABLA DE LAS PEDANIAS




A kilómetros de la calle Larga
Vecinos de las siete entidades locales autónomas que conforman Jerez hablan de cuál es la realidad de estos núcleos rurales cuyos alcaldes demandan más recursos económicos para poder subsistir

Un matrimonio de El Torno pasea por el parque del núcleo.
0 comentarios 0 votos Alrededor de 16.000 personas viven en alguna de las siete entidades locales autónomas que forman parte de Jerez. Mientras que los alcaldes de tres de estos núcleos (La Barca, Estella y Torrecera) han desenterrado en las últimas semanas el hacha de guerra para reclamar al Ayuntamiento de Jerez los recursos que creen que les corresponden, algunos de sus vecinos cuentan cuál es la situación real de sus "pueblos". Todos coinciden en señalar que "pagamos los mismos impuestos que los que viven en la ciudad", aunque difieren a la hora de señalar si esos recursos económicos llegan al destino que deberían: a los ciudadanos de todo el término urbano de Jerez y a aquellos otros que viven a kilómetros de la calle Larga, en alguna zona rural.

Josefa Cesna lleva toda la vida viviendo en Estella del Marqués. Pese a que muchos vecinos prefieren guardar silencio, ella no tiene pelos en la lengua a la hora de criticar la situación actual de el lugar donde vive porque, como repite en varias ocasiones, "no hay derecho a que no nos den lo que nos pertenece simplemente porque nuestro alcalde no es del PSOE como la alcaldesa del Jerez. Y no miento, no tengo motivos para mentir y así se lo diré a todo el que me pregunte". Asegura que "pagamos impuestos y todo como si esto fuera la calle Larga, pero aquí no nos llega nada de ese dinero. Yo, por ejemplo, no tengo problema en barrer mi puerta todos los días pero no todos los vecinos pueden y claro, aquí no viene nadie a limpiar las calles". De hecho, lamenta que el alcalde de esta entidad local autónoma "ponga dinero de su bolsillo para algunas cosas. Yo se lo digo, es para nada, porque nadie se lo va a agradecer, pero ahí sigue y se encierra en el Ayuntamiento para conseguir cosas para los vecinos". Aun así, Josefa reconoce que "no es que antes (cuando gobernaba el PSA en Jerez y en Estella) llegase mucho dinero, pero ahora estamos ahogados". Como ejemplo, "después de las inundaciones que tuvimos, a mí me llegaba el agua a un metro en mi huerto y tuvimos que apañarnos como pudimos. Hay un solar que ha estado lleno de porquerías un montón de meses y medio pueblo estaba cochambroso, pero claro, no se podía limpiar porque el Ayuntamiento de aquí no tiene dinero para pagar una máquina que lo retire todo". Antonio Lafuente es también testigo directo de la realidad diaria de San Isidro del Guadalete desde la década de los cincuenta. En esta entidad local, la de menor población de las siete que tiene Jerez, "se vive muy tranquilo y, además, como el alcalde lleva 4 legislaturas, lo conocemos todos los vecinos y es amigo de todos". Cauto en palabras, Antonio reconoce que son muchos los vecinos que comentan "no lo están haciendo bien con nosotros", en alusión al trato que el gobierno municipal de Jerez da los consistorios pedáneos y recuerda que ya desde los tiempos de Pacheco "los impuestos comenzaron a subir y así siguen". Sin embargo, rechaza entrar en polémica aunque señala que "el Ayuntamiento de La Barca es el que más jaleo forma. ¿Qué si sirve para algo? Hombre, para algo debe servir, ¿no?".

En El Torno, José Cosa y María Redondo pasean tranquilos por el parque de esta entidad local. No saben (o prefieren no decirlo) si el Ayuntamiento de Jerez se beneficia del de esta entidad o si simplemente, la crisis actual, afecta igual a todos. Aun así, José reconoce que la zona necesita un "empujón" para despegar económicamente y que sus vecinos no tengan que salir a "Jerez, Cádiz o Mallorca a buscarse la vida". Precisamente por eso recuerda que "aquí siempre hemos vivido del campo, pero cuando se mecanizó, todo se estropeó. Yo en política no me meto, pero aquí ahora lo que hace falta es industria porque del campo ya no podemos vivir". Juan Antonio Rodríguez va montado en un coche de caballos, pero no está esperando turistas en el Mamelón. Este vecino de La Barca, parado en uno de los accesos a esta entidad que continúa reclamando su independencia, conversa animadamente con Manuel Gutiérrez: "¿Qué como se vive aquí? Pues muy tranquilos, pero nos vamos a tener que alimentar de sandías con tanta crisis", bromean los dos. Sin querer entrar en detalles reconocen que "pagamos impuestos igual que en Jerez, pero estamos algo descuidados aquí, aunque yo desde luego no cambio vivir aquí por Jerez ni por nada". En la plaza principal de La Barca, Miguel Gómez también se toma con humor la situación de su pueblo: "La verdad es que no sé si el dinero llega aquí, o si se lo queda Zapatero o quién sea, eso es cosa de los políticos".

En Torrecera, Francisco León recoge algunas lechugas de su huerto. Él sabe bien que "últimamente de nuestro Ayuntamiento se dicen muchas cosas, pero no sabemos si son verdad o no", en alusión a la falta de recursos que denuncia el alcalde pedáneo, Manuel Bertolet. Francisco conoce bien lo que es tener que abandonar su casa para marchar a otras provincias en busca de trabajo, así que reconoce que "en los años que he estado fuera, cuando he vuelto siempre he visto muchos cambios en el pueblo, aunque otras cosas llevan años sin tocarse. La carretera, por ejemplo, en las últimas inundaciones fue horrible y el campo de fútbol está sin terminar". Eso sí, apunta este vecino, "si alguien de Torrecera quiere hacer algo, el permiso de obra es igual que en Jerez, y si quiere abrir un negocio tiene que pagar los mismos euros. No debería ser así, porque no es comparable un sitio con otro". María Fernández, vecina de Nueva Jarilla, coincide en destacar la tranquilidad de la zona, al igual que otros residentes de las entidades locales. "Poco a poco se van cambiando cosas, aquí se vive bien. El único problema es que para cualquier cosa necesitamos desplazarnos a Jerez, pero bueno por lo menos los autobuses funcionan bien". En Guadalcacín, otro vecino, que prefiere no decir el nombre, sin dar rodeos responde contundente: "Da igual vivir en un pueblo que en la calle Larga, en todos sitios hay problemas. Los políticos son los que tendrían que ponerse de acuerdo para repartir bien el dinero, porque sus sueldos los pagamos entre todos".

DIARIODEJEREZ.ES

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