martes, 8 de junio de 2010

Rurales en pie de guerra

Dice la alcaldesa que la mejor opción para la zona rural se llama PSOE. Y lo dice cuando los ex alcaldes Becerra y Valenzuela preparan su propia opción. La tierra olvidada de Jerez aún pesa lo suyo.'Qué verde era mi valle', de John Ford.

"LA MEJOR opción para la zona rural de Jerez es votar el PSOE". Esta es la forma en la que la alcaldesa de Jerez, Pilar Sánchez, respondió a los periodistas que la consultaron por su opinión acerca del partido que los ex alcaldes socialistas Roque Valenzuela (La Barca) y Manuel Becerra (Guadalcacín) están organizando en la zona rural de Jerez. Vaya por delante que la frase de la primera edil va cargada de sentido. Es decir, no miente Sánchez cuando dice que el PSOE es lo mejor que puede votar un jerezano de la zona rural. Donde la referida aseveración falla es en el tiempo, ya sea en el verbal -habría sido más correcto señalar "el PSOE fue la mejor opción para la zona rural"- o en el tiempo presente que utiliza la regidora, ya que si bien hace unos años nadie hubiera podido decir lo contrario, en la actualidad una sentencia de tal calibre se antoja pasada de frenada.

Si en un ejercicio de periodismo-ficción trasladásemos a La Barca de la Florida a cualquier jerezano de carácter urbano con inquietudes político sociales, como podría ser perfectamente el caso de un dirigente vecinal con cierta independencia política (la independencia total es un imposible y más en una ciudad polarizada al máximo como Jerez), a buen seguro que sucederían dos cosas: o se plantaba en huelga de hambre delante del Ayuntamiento matriz exigiendo que sus impuestos reviertan en las calles de su pueblo o, a las primeras de cambio, el aspirante renunciaba a la labor pública y retornaba al noble y no fácil arte de mantener a su familia.

El maltrato a la zona rural ha sido una característica común de todos y cada uno de los gobiernos municipales de Jerez. Sorprende la dejación continua a la que ha sido sometido el 15% de la ciudadanía jerezana. La frase "voy a subir a Jerez a arreglar unos asuntos" sigue formando parte de la vida diaria de unas 30.000 personas, gentes que no se enorgullecían de tener el mayor término municipal de toda España. Era una política ombliguera a la que la segregación de San José del Valle, a finales de los 80, infligió un incomparable revés.

La mayor parte de los asuntos de carácter municipal que un jerezano rural desee solucionar (pago de multas, impuestos, solicitud de licencias de obras, consultas del censo, certificaciones para la escolarización...) deben ser tramitadas en Jerez, como si de un moderno y administrativo derecho de pernada se tratase.

De nada valió que en estos últimos veinte años las autopistas de la información hicieran del mundo un pañuelo a pesar de que la distancia entre las plazas del Arenal y las de los ayuntamientos pedáneos siga siendo del todo insalvable.

Las razones de este execrable olvido hay que buscarlas, exclusivamente, en la dejadez absoluta de la totalidad de la clase política. Ninguna de las diferentes opciones (ciertamente aún falta ver que habría hecho Izquierda Unida) ha pasado de tener algunos detalles y muchísimas buenas palabras para solucionar el 'problema rural' de Jerez.

Como bien saben, los distritos son las zonas en las que se divide Jerez cuando toca celebrar elecciones. Son diez. Siete de ellos son de marcado carácter urbano. Uno es intermedio (es el caso del distrito 8, donde confluyen Los Albarizones y Montealegre) y dos son rurales. En estas tres zonas vivían en mayo de 2007 un total de 19.405 ciudadanos. La participación en las elecciones municipales suele ser especialmente alta, ya que supera con creces el 65%. En los últimos comicios locales el PSOE logró en estas tres zonas nada menos que 8.550 votos, frente a los 2.070 que cosechó su principal rival en las zonas alejadas del casco urbano: el PSA. Estos votos, que en un principio fueron motivo de euforia, se tornan ahora en motivo de seria preocupación para los dirigentes socialistas jerezanos, que ven cómo la creación de un partido rural, dirigido por personajes de indudable peso político como Valenzuela y Becerra, puede echar por tierra esos tres concejales (hay quien mantiene que en verdad son cuatro) que la Vega del Guadalete aporta a los 27 que se reúnen en el Consistorio.

Son datos, matemáticas a fin de cuentas. Ý a todo ello hay que añadir el desgaste de seis años de gobierno y una crisis que ha terminado por demonizar una forma de hacer política.

Contra lo propugnado, más valdría que el PSOE comenzara a preocuparse ya de la zona rural.

diariodejerez.es

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