lunes, 7 de noviembre de 2011

"Este regadío es un Ferrari a pedales"

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La nueva junta de la Comunidad de Regantes denuncia que la modernización deja a su paso "tornillos y abrazaderas que no han durado ni tres años y explotaciones que debían ser regables sin una tubería"
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Apenas tres años separan estas dos abrazaderas. La de la derecha está absolutamente carcomida. Los regantes creen que no se utilizaron buenos materiales.

En la Zona Regable del Guadalcacín, que ocupa una superficie de 11.000 hectáreas, trabajan en la actualidad 2.400 regantes. Estos días, tras la denuncia pública realizada por la nueva junta de la Comunidad de Regantes, cuesta trabajo creer que en una zona recién modernizada haya abrazaderas en los anclajes de las tuberías por las que discurre el agua que apenas hayan aguantado tres años. El simple hecho de poner una nueva frente a otra que aún debería parecerlo hace sospechar que los materiales empleados han sido deficientes.

Jacinto Carrasco, presidente de la Comunidad de Regantes, y Juan Caro, presidente de la junta de gobierno de dicho entidad, mostraron a este medio las deficiencias que se han detectado en una zona agrícola a la que, por un lado, se ha dotado de excelentes medios -como es el hecho de que las estaciones de bombeo no utilizarán en años toda su potencial- y otros realmente desastrosos, como es que se hayan dejado tuberías viejas donde deberían ir nuevas, lo que provoca que la presión convierta en 'criaturas' indomables a las conexiones que los agricultores utilizan para llevar el ansiada agua a sus plantaciones. Lo más normal es que los reventones "se sucedan uno tras otro y además a diario".

El caso ha sido llevado "a todas las instancias", apuntan a este medio los rectores de los regantes quienes apuntan que tornillos tan oxidados que ya ni lo parecen han sido entregados en el Ministerio de Agricultura, al secretario de Estado para el Agua, al director general de Seiasa (Sur y Este) "e incluso al presidente de la Junta, José Antonio Griñán". El estado en que se encuentra el regadío modernizado tres años después de su puesta en marcha "es lamentable", según dicen quienes trabajan con él a diario.

Explican tanto Carrasco como Caro que, tras ganar en marzo una elecciones no exentas de polémica por apenas medio centenar de votos, comienzan a comprobar a qué se deben los problemas. Y empiezan a sorprenderse de hechos tan insólitos como que "la empresa que estaba encargada de la dirección de la obra fue comprada finalmente por la empresa encargada de los trabajos", Sacyr, "lo que viene a suponer, dice Jacinto Carrasco, que quien debería velar por el control de los trabajos de una compañía se convierte en parte de esa misma compañía. ¿Quién se encargaba entonces de vigilar?", se pregunta en voz alta el presidente de la Comunidad.

Como es público y notorio, el presupuesto se quedó pequeño y los 54 millones iniciales (que iban a ser sufragados en una proporción cercana al 70% por el Estado y el 30% por los regantes) se dispararon en 22 millones más. El 30% de ese dinero extra se debería abonar con 2 millones en recibos extras a los regantes, 4 millones entregados a fondo perdido de la Junta y 1 millón que entrega Iberdrola. "No hay que olvidar que ese dinero de la Junta debería haber servido para abaratar la factura, pero al final no será así".

Desde la Comunidad lanzan un órdago claro: "Aquí no vamos a pagar dos veces por lo mismo. No pasaremos a los regantes un canon extraordinario. Dicho recibo extraordinario ascendería a unos 180 euros por hectárea. Tanto es así que Jacinto Carrasco asegura que "yo no voy a pasarlos al cobro y que nos corten el agua si quieren porque nadie paga dos veces por lo mismo". En estos momentos, los regantes ya han pagado el 30,5% de sus deudas y todo lo restante deberá ser devuelto sin intereses en 2025. Al aire lanzan una pregunta que resulta clave: "Los presupuestos cifran la cantidad que deberás pagar. Aquí no ha habido obra en la que no se haya disparado su precio, como es el caso de la subestación eléctrica de 'La Majadilla', junto a Cuartillo, que se cifró en 2,2 millones y costó nada más y nada menos que 3,3 millones más. Nadie, absolutamente nadie, entiende por qué se dispararon los presupuestos". Para colmo, aseguran que hay 2.000 hectáreas sin tuberías que deberían tenerlas "y así está presupuestado".

La sorpresa de los regantes comienza cuando comprueban que por donde deberían haber ido tuberías nuevas se han mantenido las viejas, así como que incluso hay zonas regables cercanas al río donde tras un periodo en manos de las graveras no hay ni tuberías nuevas ni viejas -"porque las empresas de áridos las quitaron porque sabían que allí se iban a poner nuevas. Pero tampoco fue así"-. "Pese a todo el regante en cuestión, con su superficie restaurada y lista para el sembrado, sigue pagando el canon de riego y los gastos de una modernización sin tener siquiera ahora cómo regar. Está peor que antes pues no tiene cómo llevar allí el agua". A la hora de buscar un símil, el presidente de los regantes dice que "es como si nos hubieran dado el motor de un Ferrari para un coche tiene ruedas de bicicleta, una especie de Ferrari a pedales". Buena prueba de ello es que "hay bombas de la estación de Nueva Jarilla que no han funcionado ni una hora en las tres últimas campañas de riego".

Una de sus sospechas radica en que el potencial de las bombas podría utilizarse en una ampliación de la Zona Regable, si bien advierten que "de aquí en adelante quien entre deberá abonar el mismo dinero que han aportado los regantes".

Será la semana que viene cuando la Comunidad, tras entregar por todas las administraciones sus quejas (y sus pruebas físicas en forma de tornillos y abrazaderas carcomidas), presentarán la correspondiente denuncia en el Juzgado. "Nosotros no juzgamos a nadie, porque ese no es nuestro trabajo", afirman tanto Carrasco como Caro. "Los tribunales pedirán las explicaciones oportunas porque entendemos que hasta el Ministerio ha mirado para otro lado durante las obras de la modernización y no se ha velado por los intereses de los regantes. Un aspecto especialmente importante es que la garantía de las obras concluyó el pasado 28 de mayo, si bien los agricultores consideran que hay daños que son calificables como "vicios ocultos" y que por tanto deberán ser subsanados de forma gratuita.

"El Ferrari a pedales" en que se ha convertido la modernización de la Zona Regable, ese del que hablan los agricultores, tiene ejemplos en todas y cada una de las zonas a las que surten las siete estaciones de bombeo: La Barca, La Torre, Chipipi, Nueva Jarilla, Misericordia y la Junta de los Ríos. "Hay bombas que han funcionado unas pocas horas. Mientras algunas acumulan una carga de trabajo de 3.000 otras apenas llegan a 8. Se les mantiene cuidadas por si algún día son necesarias en caso de avería".

Los regantes lamentan que el interés que se puso en repartir contadores por toda la Zona Regable "no se pusiera a la hora de dotar de tuberías nuevas, que a fin de cuentas es por donde va el agua, que es lo verdaderamente importante de este asunto".

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