lunes, 4 de mayo de 2009

Una breve historia del agua en Jerez

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La ciudad ostenta la gestión de los recursos hidráulicos desde hace más de un siglo · Más de 700 proyectos de ingeniería ejecutados avalan la administración del servicio en el municipio, en el que peligra su continuidad

Obra de construcción en 1952 del acueducto de Arroyo Dulce, canal de distribución de la Zona Regable del Guadalcacín, que se dirigió desde Jerez.
0 comentarios 8 votos Las aguas andan algo revueltas en las oficinas de la Agencia del Agua en Jerez -valga la redundancia- por los últimos movimientos que está realizando el Gobierno andaluz para la reorganización del servicio y que apuntan al desmantelamiento de las oficinas en la ciudad, centro neurálgico de la Administración de aguas en la provincia desde hace más de un siglo.

Pero poco parece importarle a la Junta que Jerez haya sido desde principios del siglo pasado la cuna del diseño y la dirección de los proyectos de construcción de los embalses, los canales de regadíos y la red de abastecimiento de agua potable que comprenden estas dos cuencas hidrográficas.

Se puede decir que la 'plantilla del agua' en Jerez vive en permanente conflicto desde que la Administración autonómica asumió hace escasos años la gestión anteriormente en manos del Gobierno central con el traspaso de las competencias de la antigua Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) a la Agencia Andaluza del Agua, que aunque en un principio reconoció el importante papel desempeñado por Jerez en la gestión del dominio hidráulico, convirtiéndola en sede de la Dirección General de la Cuenca Atlántica y dotándola de una plantilla de 120 trabajadores, finalmente los funcionarios del servicio entienden que se le ha dado la "puntilla" con la supresión de este organismo y el traslado paulatino de servicios, funciones y cargos directivos a la dirección provincial, afincada en la capital de la provincia, a la que se oponen frontalmente los trabajadores y sus representantes legítimos, ya sea en la junta de personal o en los sindicatos..

La reorganización emprendida por la Junta de Andalucía choca frontalmente con los principios de proximidad y accesibilidad que, entre otros motivos, propiciaron que Jerez albergara, aún antes de la creación en 1927 de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, una oficina técnica con el cometido de construir el pantano de Guadalcacín. Según la información facilitada por el personal funcionario de Jerez, el primer proyecto de esta obra, fechado en septiembre de 1902, ya se firmó en Jerez por el ingeniero Pedro M. González Quijano e incluso entre la documentación aparecen datos meteorológicos recogidos décadas antes en una granja experimental a las afueras de la ciudad.

La construcción del pantano de Guadalcacín se convirtió además en punta de lanza de la política de cambios impulsada por el entonces Ministro de Fomento Miguel Gasset, que cristalizó en la primera Ley de Reforma Agraria de 1907 y que dio pie a la instalación de los primeros colonos regantes en Caulina.

A partir de 1934, la recién creada CHG terminó por incorporar a su estructura la junta de obras que, tras la conclusión en 1920 del pantano de Guadalcacín, prosiguió con los primeros regadíos de la zona, para asumir desde sus primeras oficinas en la ciudad, situadas primero en la calle Juana de Dios Lacoste, a mediados de siglo en la avenida Álvaro Domecq y desde 1974 en Montealto, la gestión de las cuencas del Guadalete y Barbate.

Durante todos estos años se proyectaron y culminaron las obras de construcción de los ocho embalses que, con una capacidad conjunta de más 1.649 hectómetros cúbicos, garantizan hoy día el abastecimiento de agua potable a gran parte de la población de la provincia. Cronológicamente, Bornos (en 1961 concluyó su construcción) tomó el relevo del Guadalcacín; posteriormente se levantaron los de Arcos y los Hurones (1966); el de Almodóvar (1972); Celemín (1973); Barbate y Zahara-El Gastor (1992), para finalizar en 1995 con la ampliación de la presa original del Guadalcacín, que se convirtió en el segundo embalse con mayor capacidad de Andalucía.

En paralelo a la construcción de los embalses de ambas cuencas hidrográficas, la CHG acometió obras de infraestructuras complementarias entre las que destaca la red de canales y acequias destinados a regadíos, que parten del embalse del Guadalcacín, y que abastecen a casi 20.000 hectáreas (incluidas las zonas regables del Guadalcacín, Costa Noroeste y Montealgaida). Desde el punto de vista socio-económico, la actividad generada por los regadíos propició el asentamiento de población en las zonas rurales y la creación, entre otras muchas barriadas rurales, de las siete pedanías jerezanas: Guadalcacín, Nueva Jarilla, El Torno, San Isidro del Guadalete, Torrecera, La Barca de la Florida y Majarromaque.

El personal de la CHG en la ciudad también asumió la construcción de la red de abastecimiento de la Zona Gaditana, incluidos los depósitos de la sierra de San Cristóbal que dan una idea de la magnitud del proyecto. La nueva red sustituyó a una precaria infraestructura para asegurar, hasta hoy día, el suministro a Jerez y todos los municipios de la Bahía de Cádiz.

En resumen, durante más de un siglo, desde Jerez se coordinaron y dirigieron más de 700 proyectos de ingeniería, algunos motivo de estudio en la universidad, que generaron riqueza y empleo en el entorno, ya que junto a la gestión y la construcción, las oficinas de Jerez se encargan también del mantenimiento de las infraestructuras asociadas al agua.

Este trabajo -que según se desprende de esta breve historia del agua en Jerez ha dado pie a una segura red de abastecimiento a la población de la mayor parte de la provincia y a una de las más importantes zonas regables del país- persiste en la actualidad con la ejecución de ambiciosos proyectos, como el nuevo Azud de El Portal o la conexión con la red de abastecimiento a la Zona Gaditana de los municipios de Vejer y Barbate.

La larga tradición de la presencia de la administración del agua en Jerez pesó en la decisión del Gobierno andaluz de establecer en la ciudad la sede de la Dirección general de la Cueca Atlántica, que sin embargo,. Solo tres años después, en enero del presente ejercicio, hizo desaparecer con la publicación de los nuevos estatutos de la Agencia Andaluza del Agua que, pese a los anuncios y promesas de descentralización, consagran la concentración de toda la gestión del agua en Sevilla.

Para la junta de personal de este organismo, es "llamativo" que la sede de Jerez -oficina delegada de la Administración de Aguas del Estado durante más de 70 años-, haya sido declarada a "extinguir" poco después de transferidas las competencias de aguas a la Junta de Andalucía.

Pero los funcionarios y los trabajadores no se quedarán de brazos cruzados, y en los últimos días los han demostrado con distintas acciones de presión para impedir que en poco más de tres años desaparezca una tradición de más de un siglo.

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