miércoles, 24 de febrero de 2010


andaluciainformacion.es
16/02 · 22:07 · Germán Fonteseca
•La cota del Guadalete llegó a mediodía a los 6,39 metros y provocó inundaciones en varios puntos

La historia se repite y esta vez puede ser incluso peor en que diciembre pasado porque el suelo ya no admite más agua, está empapado y lo que llueve se queda en la superficie, sin filtrarse. Las intensas lluvias caídas en los últimos días, que han acumulado hasta 60 litros por metro cuadrado, unidas al desembalse obligado y al aporte de los arroyos que vienen de la zona de Paterna y desembalsa en Torrecera o el que baja por Nueva Jarilla y Estella, son las causantes de una nueva tragedia para el Jerez rural. El Guadalete alcanzó ayer cotas parecidas a las del 25 de diciembre del pasado año (6,39 metros a mediodía) y siguió estable durante la tarde, lo que obligó a desarrollar el Plan de Emergencia Municipal en todo su contenido, tal y como informó en rueda de prensa la delegada de Seguridad, María del Carmen Martínez.

No obstante, a primera hora de la noche desde la Delegación provincial de Medio Ambiente se informó de que la situación se había estabilizado, el Guadalete estaba descendiendo, entrando en Bornos 240 metros cúbicos por segundo y bajando poco a poco.

La delegada señaló que para hoy, aunque las previsiones siguen hablando de lluvia, ya no hay alerta, algo que, no obstante sólo durará unas horas, dado que el jueves vuelve a haber peligro por intensas precipitaciones. Por este motivo, el Plan de Emergencia seguirá activado “todo el tiempo que haga falta”.

Martínez, por la mañana recordó que el 26 de diciembre, con el río con su cota en 6,53 metros empezaron los problemas en El Portal, por lo que inundadas La Ina, Las Pachecas o La Greduela, la preocupación se centra en estos momentos en El Portalillo.

En el balance de daños, la delegada informó que durante la mañana de ayer entró agua en dos viviendas de La Greduela, problema no originado por el desbordamiento del río, sino por la escorrentía del agua del arroyo que atraviesa esta barriada, sin que se vieran afectadas las dos familias que viven en esas casas (personas mayores) que se habían ido previamente con sus hijos.

María del Carmen Martínez subrayó ayer que no había peligro para ninguna persona, ya que todos los posibles afectados estaban a salvo. Y respecto a los animales comentó que había habido dificultades con un caballo, pero que el animal había escapado al peligro simplemente nadando.

En relación con lo acontecido en La Greduela, la delegada recordó también que en la mayoría de los casos son segundas residencias y que las viviendas afectadas son las mismas que estuvieron bajo el agua en diciembre pasado. En esta barriada se instalaron ayer cuatro motores para desalojar el agua que fueron puestos por los agricultores, facilitando el Ayuntamiento el gasoil necesario para su funcionamiento.

En cuanto a Las Pachecas, la imagen de la barriada y los alrededores era ayer la misma del 26 de diciembre.
La delegada, así las cosas, señaló que la alerta temprana que se había dado el sábado y el aviso a todos los vecinos del lunes, había evitado que fuese necesario desalojar a las personas de sus casas o que alguien se quedase aislado en sus viviendas.

En cuanto al despliegue de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y del Ayuntamiento, se ha repetido el mismo esquema.

La Guardia Civil se ha hecho cargo del control de la zona entre La Ina y La Greduela; el Cuerpo Nacional de Policía se ha responsabilizado de cubrir toda la zona de El Portal, quedando para la Policía Local Las Pachecas.
“Eso no significa que no tengamos que estar los tres cuerpos en los tres sitios”, refirió la delegada, pero sí que cada uno de ellos tiene una zona de su responsabilidad. En cuanto a Protección Civil o Bomberos, no se les ha asignado ninguna para que puedan estar en cualquiera de ellas cuando sean requeridos o necesario.
En cuanto al casco urbano de Jerez, la delegada señaló que no se había producido nada de interés, salvo el desprendimiento de un muro en una vivienda deshabitada de la calle Campana. María del Carmen Martínez señaló que no había habido problema alguno en la barriada de La Liberación, donde el nuevo colector estaba funcionando sin problemas.

La incidencia más destacable fue en el colegio Arana Beato, en la barriada de La Pita, donde se acumuló una bolsa de agua en las cubiertas que se filtró por el techo de las aulas y obligó a interrumpir las clases y a desalojar a los escolares mientras que Bomberos, Protección Civil y Policía Local realizaban tareas de achique.
La delegada añadió que su Gobierno ha seguido ofreciendo viviendas a las familias que viven en la zona inundable del río porque nuestro objetivo es que “en esta zona no haya nadie viviendo de forma permanente”. María del Carmen Martínez indicó que esta medida estaba teniendo “buena acogida”, señalando que en la zona de Las Pachecas y había ocho familias que habían hecho esta petición, “lo que nos da mucha tranquilidad porque había reticencias a cambiar de casa y moverse de esta zona inundable”.

La delegada señaló que había que seguir con este proyecto para evitar que cada vez que crezca el río haya personas en peligro.

La delegada también mostró su preocupación por la situación de los embalses, especialmente el de Guadalcacín, que está en estos momentos al 67%, lo que es muy bueno para tener reservas de agua, pero preocupante si sigue creciendo y hubiera que desembalsar.

Cinco carreteras cortadas al tráfico

El segundo temporal de lluvias registrado este invierno está ocasionando diversos problemas en las comunicaciones de la red provincial de carreteras, señala la Diputación en un comunicado.

La intensidad de las precipitaciones provoca que la principal incidencia sean los cortes al tráfico de determinadas vías. A diferencia de los aguaceros de finales de diciembre y principios de enero parece que, en esta ocasión, no se han registrado daños estructurales de especial gravedad si bien esta estimación deberá verificarse con la evaluación que realicen los técnicos cuando el temporal amaine. Los desperfectos sobrevenidos a final del pasado año motivaron la activación de un plan de obras urgentes, para cinco carreteras de la red provincial, cifrado en 300.000 euros.

Las brigadas de peones camineros de Diputación estaban ayer en activo en diferentes puntos de la red provincial mientras que la responsable de Infraestructuras, la diputada Eva Leal, inspeccionaba los daños en carreteras de la Sierra de Cádiz. Desde las 08.00 de la mañana de ayer se había restablecido el tráfico en tres comunicaciones: la del Pago del Zorro en Conil, la Alcalá-Paterna en La Janda y la de Guadarranque en el Campo de Gibraltar. Las tareas de limpieza del lodo y señalización se prodigaban en diversos puntos de la red.

No obstante, el balance de carreteras cortadas -a las 14.30 horas de ayer- era en la zona de la campiña de Jerez y Arcos de cinco carreteras impracticables: la CA-5101, Arcos-Granadilla; la CA-3110 (La Ina I); la CA- 3108 (Lomopardo); la CA-3113 (Puerto Real-La Ina I) y la CA-4107 (Torrecera-Paterna), según los datos facilitados por Diputación.

Críticas del Partido Popular

La presidenta del PP de Jerez, portavoz municipal y parlamentaria andaluza, María José García-Pelayo, responsabilizó de las inundaciones a los gobiernos de la Junta y el ayuntamiento “por la nefasta gestión de la política hidráulica y la falta de coordinación entre las dos administraciones”. García-Pelayo, visitó a los afectados en las barriadas rurales, cuestionó “el modo en el que se han realizado los desembalses y las fechas elegidas, porque todo hace indicar que se encuentran detrás del desbordamiento del río, cuyo cauce está sucio y la cuenca, abandonada por la Junta”. Por otra parte, García-Pelayo intervendrá hoy en el Parlamento en la comparecencia prevista por el consejero de Gobernación para conocer la evaluación de los daños causados por el temporal y las actuaciones del pasado temporal de diciembre y enero con la convicción de que “mientras Andalucía permanecía inundada, el Gobierno evitaba mojarse y andaba desaparecido”. Pelayo sostiene, además, que muchos de los daños son irrecuperables.

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